En el año 2025 la provincia de Santiago de Cuba sufrió los embates de tres fenómenos meteorológicos: la intensa sequía, las lluvias asociadas a la tormenta Imelda y el huracán Melissa. Este último provocó severos daños en las infraestructuras de los servicios básicos, dejando a su paso afectaciones en redes eléctricas, sistemas hidráulicos, comunicaciones y vías de acceso.
Para los santiagueros, el 28 de octubre se convirtió en la madrugada más larga y tormentosa, una noche en la que el viento y la incertidumbre marcaron cada minuto. Sin embargo, Melissa, a pesar del destrozo que ocasionó, también reveló la capacidad de respuesta de las instituciones, la llegada oportuna de la ayuda internacional y, sobre todo, la unidad de los santiagueros en circunstancias difíciles. La solidaridad se convirtió en la fuerza que sostuvo a la provincia en los días más complejos, y aunque continúa la recuperación, se demostra que, frente a la adversidad, Santiago de Cuba sabe levantarse y avanzar.