Como tantos otros niños el hoy conocido actor Colin Farrell (1976) quiso ser futbolista, siguiendo la tradición familiar. Nacido en Dublín, muy joven decidió estudiar Arte Dramático, y antes de graduarse fue contratado como protagonista de “Falling for a dancer” para la TV.
El cine lo captó en 1997 con “Drinking Crude”, después lo veríamos en “Zona de guerra” (2000) y “Tigerland”, del mismo año, donde interpreta un vividor envuelto en la Guerra de Vietnam.

Pero fue “La última llamada” (2001) el título que más llamó la atención con su labor solitaria hablando sin parar dentro de una cabina telefónica, amenazado por Kiefer Sutherland.
Steven Spielberg lo enfrentó a Tom Cruise en “Minority Report” (2002), que tuvimos el privilegio de ver aquí con la presencia del director.
Los clásicos llevados al cine no han escapado a su buen hacer con “La Señorita Julia”, desempeñándose bien, manipulado por Jessica Chastain.

“Langosta”, de Yorgos Lanthimos, es un filme que muchos calificaron de raro, pero brindó a Farrell una de sus mejores actuaciones hace casi 4 años. Este realizador lo llamó de nuevo para “El sacrificio del ciervo encantado” (2017), colocándolo barbudo ante Nicole Kidman, y un argumento en el que cierto adolescente domina a su familia al punto de exigirle un enorme sacrificio.

Recientemente vimos “Viudas”, un excelente thriller de Steve McQueen, para el que se convierte en candidato a concejal, tan corrupto como su padre, interpretado por Robert Duvall. En el reparto estelar aparecen también Viola Davis y Liam Neeson, según informó Radio Rebelde.
Colin Farrell ya no puede llamarse galán, como antes, pero sigue siendo un actor eficiente.